miércoles, 16 de enero de 2013

Vacaciones

Acabo de ver que el mes de diciembre está totalmente blanco, y no por la nieve, sino por la falta de entradas en el blog. ¡Vaya vago estoy hecho!
El lunes pasado volvimos de vacaciones (ya ha pasado una semana, qué rápido pasa el tiempo), y para celebrarlo, el martes por la tarde estaba malo. He estado trabajando hasta el jueves (a medio gas), porque el viernes decidí quedarme en casa ya que me encontraba algo peor. El domingo, cuando parecía que ya estaba bien, fue Maite la que se levantó con fiebre, y hasta hoy. Así que una primera semana para enmarcar.
Las vacaciones han ido muy bien, siempre sientan bien dos semanas de vacaciones, de no pensar en nada, y de dejarse cuidar. Mai estuvo la mayor parte del tiempo en San Francisco, y yo en el Escorial montando en bici y poco más. Pasé un par de días por Madrid para ver a algunos amigos del colegio y de la uni, pero tampoco quería forzar. Viviendo en Londres, el último sitio en el que me apetece estar en vacaciones es en otra gran ciudad, llena de gente, de coches, de jaleo...



De lo que hicimos en diciembre poco me acuerdo. Tuve la fiesta de AKT, que estuvo bastante mejor de lo que esperaba, tuve que hacer dos amigos invisibles también en AKT (soy poco de amigos invisibles, pero he de reconocer que en el fondo me lo pasé bien preparándolos).

Amigo invisible 1: torre de galletas con la forma de la torre en la que está trabajando el susodicho 
Amigo invisible 2: frikitaza, sólo los duchos en Grasshopper apreciarían el regalo (me imagino que más de uno(s cuantos) ni siquiera sabe(n) lo que es Grasshopper... no os perdéis nada, seguro que tenéis una vida más tranquila :))


Un fin de semana alquilamos una bicicleta para Mai y salimos el sábado y el domingo a hacer dos excursioncillas por aquí cerca: el sábado bordeamos el canal que va desde Limehouse hasta Angel. A medio camino nos desviamos al Victoria Park, un parque situado al este, no muy lejos de nuestra casa. Amplio, muy plano, mucho césped, vamos, muy inglés. La excursión merece mucho la pena, porque se ve Londres desde el canal. Y aunque hay zonas más deshabitadas y más dejadas, hay otras zonas muy cuidadas, con cafeterías muy apetecibles, y si encima hace buen tiempo es una pasada. El domingo nos acercamos a la Villa Olímpica, y a pesar de estar cerrada al público se puede rodear y se ven bastante bien las instalaciones. Fueron dos excursiones tranquilitas, que tampoco quiero hacer que Maite odie la bici antes de empezar.

Menuda pro...
La Villa Olímpica

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