El fin de semana pasado, estuvieron Jaime (un amigo de la uni que ahora vive en Suiza) y su novia por aquí. Estuvieron alojados en casa de Pepe y Paula, pero nosotros fuimos quedando con ellos a lo largo del finde. El sábado estuvimos en un par de pubs con ellos y con algunos amigos más; primero por la zona de St. Paul y después por la zona de Angel. El día siguiente, Mai y yo fuimos a pasear por Columbia Road esperando que nos llamasen para quedar por allí, pero en vista de que salieron bastante la noche anterior, y se despertaron tarde, nosotros nos fuimos a pasar la mañana a Regent´s Park aprovechando el día de sol. Nos unimos a ellos a tiempo para volver a pasear por Columbia Road (creo que era mi cuarto fin de semana consecutivo pasando por allí), y ya por la zona de Spitalfields nos metimos en un pub a saciar su sed de pintas. Nosotros nos retiramos temprano para poder empezar la semana descansados.
Y este fin de semana, aprovechando que aún no ha llegado el invierno (aunque casi), y que teníamos un fin de semana sin visitas, nos hemos escapado a Edimburgo. Salimos el sábado muy temprano, y después de un viaje de 4h30 en tren, llegamos a la capital de Escocia. El viaje se hace un poco largo (sobre todo a la vuelta) pero al menos se puede ir disfrutando del paisaje. Al llegar, fuimos a dejar la mochila en el bed&breakfast, comimos un sandwich rápido, y nos pusimos a patear la ciudad. El sábado tuvimos suerte con el tiempo, porque aunque no era muy soleado, al menos no llovió. Empezamos paseando por Princes Street, para luego cruzar al lado sur (el centro de Edimburgo está partido en dos por la estación, las vías del tren, y el castillo) y dirigirnos hacia Holyrood Park (es el parque donde está el mítico acantilado de Edimburgo). Allí subimos un poco por un camino bastante escarpado paralelo al acantilado, desde donde se podía ver una buena panorámica de Edimburgo. El camino continuaba hasta la cima pero teniendo dos días para ver la ciudad no queríamos entretenernos demasiado.
Las vistas desde Holyrood Park |
Al bajar de allí nos acercamos al Parlamento Escocés: es un edificio del arquitecto Enric Miralles. Lo visitamos por fuera y por dentro y seguimos nuestra ruta.
En el hemiciclo (aunque casi no se vea) |
Recorrimos la Royal Mile de principio a fin, parándonos en algunos de los típicos "closes" (son pasajes peatonales que conectan la Royal Mile con las calles laterales). Cuando llegamos al castillo, viendo el precio de la entrada, decidimos que desde fuera era muy bonito. Desde allí, bajando de nuevo por la Royal Mile, nos dirigimos hacia el Museo Nacional de Escocia. Nos lo había recomendado un amigo de Mai que trabaja allí, porque tiene muy buenas vistas. Entramos y fuimos directamente hacia la azotea, para ver Edimburgo antes de la puesta de sol (que en estas fechas es sobre las 16.00). Pillamos el cielo en esos momentos que está rojizo por la posición tan baja del sol, y después de alguna foto, nos fuimos al bar del museo a que Mai recuperara la temperatura corporal.
Las vistas desde el Museo Nacional de Escocia |
Vista del interior |
No nos dio tiempo a ver nada más del museo, porque lo cerraban a las 17.00, pero tenía muy buena pinta. Cuando nos echaron del bar, nos encaminamos hacia Princes Street de nuevo, porque queríamos pasear un poco por la zona oeste, que en teoría es una zona muy animada, pero como estaba todo de obras (estaban poniendo vías para el tranvía), la zona estaba bastante muerta. Terminamos el día cenando en un restaurante italiano de la zona comercial.
El domingo amaneció lluvioso, pero como teníamos asumido que iba a llover (ya los vimos en las predicciones la noche anterior), cogimos el paraguas y nos fuimos a pasear. Nos acercamos hasta el río que atraviesa los Dean Gardens y llegamos hasta la Galería Nacional Escocesa de Arte Moderno.
Cruzando el río |
Los lavabos del museo de arte moderno |
Aprovechamos para secarnos y calentarnos un poco mientras veíamos algunos cuadros. Una vez listos para seguir, fuimos de vuelta al centro, donde comimos algo antes de entrar en la Galería Nacional Escocesa. Al salir paseamos un poco por los jardines de Princes Street, y entramos en alguna tienda típica para turistas. Cogimos el tren de vuelta a las 16.30 de la tarde. La vuelta fue bastante pesada, y encima de pasar bastante frío llegamos con retraso a Londres. Aún así el viaje mereció la pena.
Los jardines de Princes Street |
PD: ¡muchísimas felicidades Magionnette! Espero que estés pasando un buen día de cumple y lo celebres con una buena bollada el viernes. Te mando un beso muy fuerte desde Londres, y que sepas que me da mucha pena no poder estar allí para poder celebrarlo con vosotros.
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